Suele haber una postura bastante agnóstica que piensa que lo
que yo no veo y toco no existe. Es la actitud del Apóstol Tomás cuando le dicen
sus compañeros que Cristo ha resucita y ha estado con ellos: “Si no veo no
creo…” Y el Señor le tomó la palabra, se apareció y le dijo: -“Tomás no ha
creído porque no has visto… Ven, mete tu mano en mi costado, y tus dedos en las
llagas de mis manos… y no sean incrédulo” Y Tomás responde admirado y
avergonzado: “¡Señor mío y Dios mío!”. Jesús le responde:- “Tomás, porque has
visto has creído. Bienaventurados los que crean sin haber visto”. "Seguir leyendo"